Palencia

Conoce Palencia

Visitar Palencia te permitirá disfrutar de las innumerables alternativas que te ofrece una ciudad acogedora y accesible, que puedes recorrer caminando y que, gracias a su conexión de AVE, se sitúa a tan solo 90 minutos en tren de Madrid. Dominando la extensa llanura que bañan las aguas del río Carrión, la ciudad conserva ese aire tranquilo pero lleno de encantos. Puede presumir de conservar un rico legado histórico y artístico y de contar con una extensa red de espacios verdes que envuelven su casco urbano moldeando un paisaje ideal para la práctica del senderismo, el running o el turismo de naturaleza. Su gastronomía, de la que son exponentes la menestra palentina, el lechazo o sus exquisitos quesos. Y una oferta cultural y de ocio, que protagonizan la música en vivo, los espectáculos de calle o el teatro, son otras excusas para dejarte atrapar en esta escapada.

Es imposible evitar la imponente presencia del Cristo del Otero, la colosal imagen que con más de 20 metros es la reproducción escultórica más grande de España de un Cristo y una de las más altas del mundo junto a la de Río de Janeiro. La primera parada de este viaje es también una de las más interesantes. Se trata de su Catedral de San Antolín, una soberbia construcción de factura gótica apodada con el calificativo de la "bella reconocida". Y es que su aspecto exterior, es una de las tres catedrales más grandes de España, apenas desvela los increíbles secretos que alberga tras sus muros, como su misteriosa cripta o las piezas de El Greco, Berruguete y Zurbarán. Pero la seo es uno de los innumerables tesoros religiosos diseminados en el centro. Avanzando por la Calle Mayor, la arteria principal de Palencia y núcleo de su actividad comercial, hallarás singulares muestras de la mejor arquitectura promovida por la burguesía de finales del siglo XIX: edificios modernistas que se alzan sobre los elevados soportales gracias a las casi doscientas columnas que flanquean esta larga calle peatonalizada con casi un kilómetro de longitud.

A ambos lados de la travesía, otras calles te conducirán a rincones y plazas tan asombrosas como la de San Miguel, San Francisco o la Plaza Mayor, sede de la Casa Consistorial. También a edificios tan sorprendentes como el Convento de Santa Clara —escenario de secretos y leyendas— o el Palacio Provincial. Pero aún queda mucho por ver. No dejes de visitar los románticos parques del Paseo del Salón o la Huerta de Guadián (entre cuyo arbolado se esconde un sencillo templo románico rescatado de las aguas del embalse de Aguilar de Campoo), recorre la ribera del Carrión, sorteando sus puentes para alcanzar los parques que rodean el cauce; contempla la imponente ingeniería industrial del Canal de Castilla y su Dársena; o tapea disfrutando de la tranquilidad y la calidad de vida de una ciudad que ha sabido preservar la magia y los encantos de su pasado abrazando el siglo XXI.